El término karma (o karman), derivado de la raíz kri (“hacer”, “fabricar”) tiene muchos significados. Puede indicar “acción, “trabajo”, “producto”, “efecto”, etc. El Karma Yoga se traduce literalmente como el yoga de la acción. Pero aquí el término karma apunta a un tipo de acción específica. Concretamente, denota una actitud interna hacia la acción, que en sí misma constituye una forma de acción.
El Bhagavad-Gîtâ (1), la escritura más antigua sobre el Karma Yoga, explica esta actitud:
No es dejando de realizar acciones
Que el hombre alcanza el renunciamiento a la acción;
No es por el renunciamiento al mundo
Que el hombre alcanza la perfección
Ni por un solo momento
Permanece alguien sin actuar
Los guna (2) nacidos de la prakriti (3)
Llevan a todos irresistiblemente hacia la acción
Aquel que permanece inactivo
Controlando sus órganos de la acción,
Pero recordando con su mente los objetos de los sentidos
Con su ser sumido en el error,
Aquél es llamado hipócrita.
Pero aquel que controlando con su mente
Los órganos de los sentidos
Realiza con sus órganos de la acción
El yoga de la acción,
Con total desapego, oh Arjuna,
Aquél en mucho lo supera
Haz la acción que te es obligatoria;
La acción es mejor que la inacción.
Si te abstuvieses de la acción
No podrían llevarse a cabo los procesos corporales (yâtrâ)
Este mundo es encadenado por la acción,
Con excepción de aquella que tiene como fin el sacrificio.
Realiza la acción que tenga ese fin,
Liberado de todo apego, oh Kaunteya
Por eso, liberado de todo apego,
Realiza siempre la acción que tienes que realizar (kârya)
Pues actuando sin ningún apego
El hombre alcanza lo Supremo
Toda actividad surge de forma espontánea como parte del juego de la naturaleza (prakriti) (3). La idea según la cual “hago esto o aquello” es ilusoria, una presunción errónea que habitualmente superponemos a lo que realmente sucede.
En este sentido, ni siquiera generamos nuestros propios pensamientos. Los pensamientos, como todos los procesos de la naturaleza, simplemente “suceden” (4). Decidimos escribir en el ordenador, tocar el piano, montar en bicicleta o hablar con un amigo, pero estas actividades, según Krishna (5) son efectos propios de nuestra personalidad egotica. De hecho, el mismo sentido del ego surge como una de las actividades espontáneas de la naturaleza, creyéndose a sí mismo autor de algunos actos y presumiendo sufrir sus consecuencias.
El objetivo del Karma Yoga es la liberación a través de la acción. El término sánscrito correcto es naishkarmya, que significa literalmente “no-acción”. Pero este significado literal se presta a confusión, pues no es la inactividad lo que se quiere expresar aquí. Más bien, naishkarmya-karma corresponde a la noción taoísta de wu-wei, o inacción en la acción. Es decir, el Karma Yoga tiene que ver con la liberación dentro de la acción, o la trascendencia de las motivaciones egoístas. Cuando se transciende la ilusión del ego como sujeto que actúa, entonces se reconoce que las acciones ocurren de forma espontánea. Sin la interferencia del ego, su espontaneidad se presenta como un suave fluir.
El Karma Yoga es el arte y ciencia de la acción en intención responsables, de concienciarse kármicamente. Su propósito inmediato es impedir la acumulación de efectos kármicos desfavorables e invertir los efectos del karma existente.
El Karma Yoga implica una inversión completa de la naturaleza humana, pues requiere que cada acción se lleve a cabo con una disposición de ánimo radicalmente distinta a nuestra manera de ser cotidiana.
El yogui kármico está orientado hacia la acción y se siente atraído por el mundo de lo humano. Puede transformar su acción en el mundo en un camino espiritual dedicando sus actos a Dios y omitiendo los frutos de su acción.
Los practicantes del Karma Yoga creen que todas las acciones –físicas, de palabra o de pensamiento- tienen consecuencias en un futuro más o menos cercano y de las cuales debemos asumir toda responsabilidad.
Esta rama del yoga va disolviendo el ego. El karma yogui, actúa por solidaridad pero sin protagonismo. Es el amor permanente a todos y a todo sin esperar nada a cambio. Según la ley del karma, todo acto tiene su reflejo, su consecuencia. Actúa sobre la emotividad y controla la actividad.
Es una orientación conveniente para quienes poseen una naturaleza activa, para aquellos que desean trabajar para la manifestación del Reino del Cielo en la Tierra. El empeño principal de la práctica es la renuncia a los frutos de la acción. Es decir, las actividades se emprenden por razón de sí mismas, los resultados se ofrecen a Dios. Las actividades se suponen para beneficio de un bien mayor, sin preocuparse del beneficio personal.
La ventaja del Karma Yoga es que transforma la actividad egoísta, la acción basada en un objetivo que se traduce en karma, en acción generosa, libre del ego, que no produce ningún karma. Además el Karma Yoga es conveniente para todos. Como señala Shri Krishna (5) en el Bhagavad-Gîtâ, “nadie está libre de la acción, ni siquiera un momento”. La vida en un cuerpo se basa en la acción, e incluso el ermitaño más aislado se halla constantemente envuelto en alguna forma de actividad, no importa cuan sutil sea.
Está clara la ventaja del Karma Yoga para la ocupada persona de hoy, cuyas responsabilidades exceden ciertamente las del ermitaño.
1- Su contenido es la conversación entre Krishna y su primo y amigo Arjuna en el campo de batalla en los instantes previos al inicio de la guerra de Kurukshetra. Respondiendo a la confusión y el dilema moral de Arjuna, Krishna explica a éste sus deberes como guerrero y príncipe, haciéndolo con ejemplos y analogías de filosofías yóguicas y vedánticas.
2- Cada uno de los tres elementos fundamentales de la naturaleza.
3- La materia básica de la que se compone el universo.
5- Es uno de los dioses más importantes y adorados de la India.
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